domingo, 17 de agosto de 2014

Jugando a vivir




Mirar a la vida a los ojos, sin miedo. Afrontar magna responsabilidad no es tarea para cualquiera. El ardor de la noche, la soledad y el resquicio de cordura que pueda quedar en ese ser. Algunas veces frenan el ímpetu creador hacia lo más alto de su expresión.

La cobardía no es signo de debilidad, la cobardía muchas veces es signo de cordura. De variante amorfa, de la letra enlata y autocensurada por su misma pluma. La cobardía es sobrevivir sin arriesgar ni aventurarse a perder lo que uno tiene. Esa cobardía que roza lo inverosímil, la sufren demasiada gente.

La magna tarea de mirar a la vida a los ojos, sin miedo, quizás sea para los temerarios, los soñadores. Los que no tenemos más opción que escuchar a la luna en las noches de tristeza, los que no podemos avanzar sin percatarnos de la belleza que nos rodea. Aquellos que llamáis absurdos, extravagantes. Somos los que no tenemos los pies en la tierra. Ellos, nosotros, tenemos esa tarea. Descubrir cada verdad, por mal que sea. Sacar brillo a lo repugnante, para que sea belleza. Admirar el corte de la daga que nos va a destripar, cuando perezcamos de belleza. Y permanecer inmóviles, impasibles, delante de tal teatrillo que nos rodea.

No somos esta sangre que brota, ni esta piel que se desintegra. Somos la magia que llena tus ojos de lágrimas, la duda que cada latido de tu corazón condena. Somos la sonrisa más bella, las mañanas llenas de esperanza. Y la mirada del ser que amas. Somos eso, magia. Sin manuales, ni códigos.. terriblemente irracionales.

Imprudencia, destino, osadía pero no miedo. El miedo quedó atrás, cuando decidimos vivir, seguir latiendo, seguir jugando en esta partida en la que ya nacimos muertos.

#reflexiones tardías, de alguien que aún no se asusta.

[am]
Photo:@loveistelepathic

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