domingo, 31 de agosto de 2014

No rima


















Quizás escriba, porque el último confidente que me queda es este papel en blanco.  Al parecer he renunciado a demasiadas cosas en esta vida, consciente o inconscientemente. Para luchar por aquello que he creído genuino. Muchas veces me meto demasiado en el personaje y creo que no hay vida más allá de estas letras y quizás la haya.. aunque yo no sepa encontrarla.

Por razones que la vida me impuso, siempre he encontrado aquí, en este espacio libre, salvaje aún, aquel espacio donde poder sincerarme conmigo mismo. No hablo de la pedantería que algunos gastan cuando escriben (todo hasta un cierto punto es tolerable) hablo de la necesidad explícita de relatar aquello que siento. No son alas de gloria, son las del sufrimiento aliviado.

La tinta (siempre negra) me ha acompañado desde que tengo consciencia de ello. No la he buscado, ella me ha cazado a mi. Así que yo, no soy otro que su lacayo. Desborda en mi, rompe las paredes de la timidez y el pudor, para sobresalir en amargas letras, candorosas rimas y emociones obsoletas.

No escribo para compadecerme, ni para que me compadezcan. Lo hago por necesidad, por dolor, por nacimiento abrupto y belleza. Sólo así, puedo sacar algo que me carcome cada día, cada hora, cada minuto. Sólo así soy libre de mi mismo y por unas horas puedo volar. Aunque se que el vuelo será corto y una vez más, tendré que volver a empezar después de estas letras.


#nitodoverdadnitampocomentira sólo es algo que siento.
[am]

Photo: Paradoxos

Sin velos



















Tengo un ángel
de alas rotas
cara amable
y letras toscas.

Tengo una gota
clavada en mi cara
que cada noche derrota
al alba clara.

Tengo una luna
que no me alumbra
tengo mucha tinta
negra,
que no deslumbra.

Tengo una silla
vacía en la lejanía
tengo una astilla
que duele,
si me miras.

Tengo unas letras
que no se ahogan
tengo un tempo
de sosiego
y una risa rota.

Es sólo eso
todo lo que tengo,
mirada absorta.

Por Alex Madueño
Publicado en #artsuite (12/07/14) 
Foto: Paradoxos
Puedes comprar #poemarioúnico aqui 

viernes, 29 de agosto de 2014

¿Pueden dos rotos hacer un entero?





Quizás es verdad que vivo en una burbuja de fantasía, una larga apatía hizo que se prolongara en el tiempo. Quizás la grave falta de motivación, las heridas tanto físicas como sentimentales que surcan mi cuerpo, quizás el quizás...quizás el quizás no.

Me he roto en mil pedazos de cordura. He soñado y navegado en mares de tinta y papel, he despertado la agonía de las letras sin dulzura. He pateado las huellas que un día, en el suelo allí marqué. Y aquí estoy ahora, recolectando aquellos pedacitos enteros de mi mismo, de lo que he sido, lo que soy y quizás seré.

#trozos con trazas poéticas y grandes verdades encerradas.

[am]

Photo: Paradoxos

martes, 26 de agosto de 2014

Anotaciones en el borde de la vida


Hay momentos en la vida que definen. Hablo de aquellos momentos que si no estás atento, te pasan por delante y no se vuelven más a repetir. La vida no está hecha de cosas grandes. La vida es un cúmulo de pequeñas cosas, que hacen la vida grande.

Son pequeños detalles, estados de ánimo, paisajes mentales que son propios y de cada uno.

Cuando presento el libro (Poemario único, personal e intransferible) lo hago explicando esta anécdota. Soy malo para poner títulos a los escritos. Son difíciles de encontrar aquellos textos buenos con un título equiparable. Pues es así que tuve muchas dudas con el título del poemario.  No sabía como titularlo, hasta que él me encontró a mi. Él en un descuido de la mente se acercó y me conquistó. Sabía lo que quería, sabía de donde llegaba y hacia donde quería ir, aunque yo no lo supiese. Pero así fue, suelo explicar en los recitales que este título viene de los billetes de metro. Pone, Billete único, personal e intransferible. Es como la vida misma, una gran metáfora de pocas palabras. En la vida tenemos estos tipos viajes, sin saberlo muchas veces. Nos juntamos en el vagón del metro con mucha gente. Alguna nos mira, nos habla y compartimos trayecto con muchos de ellos. Pero cada uno se apea en un lugar distinto. Por que el viaje es único, en este trayecto tan personal e intransferible.

Pues bien, llevo 6 meses ya que estoy en este viaje tan personal cómo a la vez extraño de explicar. Hasta hace muy poco sólo veía oscuridad, y he escrito mucho sobre ella. Diríase que hasta demasiado, pero es que muchas veces ha sido lo único que he visto por mi ventanilla. Aún no he llegado a la estación, por lo que no se aún lo que me depara el destino. Sólo sé que empiezo a ver luces amables y marquesinas, que anuncian de la llegada.

Soy una persona que disfruta con los amaneceres. Ellos encierran una magia única, todo es posible cuando despierta el día, TODO. Y quizás esté ahí, en el amanecer de un destino nuevo sin saberlo.

No quiero hablar más de lo debido, pero si todo va bien, en unos 15 días podré contar algo más.

Sin duda gracias a todos los que me apoyáis y seguís. Aportáis mucha luz ha este sombrío túnel.

Un fuerte abrazo.

[am]



domingo, 24 de agosto de 2014

El risueño horticultor


Tenía un pequeño huerto, no muy lejos de donde vivía. Allí pasaba horas, cultivando todo tipo de hortalizas y verduras. Luego, cuando decidía que ya era demasiado tarde para seguir con sus tareas Manuel, cogía su bici y volvía a casa. Allí, su mujer le esperaba con la cena preparada y su vaso de vino. 

El la besaba en la mejilla y le traía algunas de las hortalizas que cultivaba en aquel trocito de paraíso que fue su huerto.

No eran una familia rica, ni mucho menos opulenta. Pero con el sacrificio de todos habían conseguido levantar esa casa, que ahora era de su propiedad y criar a sus hijos. Ahora, cada uno con sus vidas resueltas en la ciudad.

Eran una familia bien avenida, se visitaban mutuamente y solían compartir muchos momentos juntos. Festividades, aniversarios y demás acontecimientos eran la excusa perfecta para reencontrarse.

Pero aquel huerto, para el, era su segunda familia. Él trataba cada mata, cada variedad que allí cultivaba con mucho mimo. Por ello, siempre era la envidia de los demás horticultores. Cuando llegaba alguna enfermedad, sus plantas resistían, cuando la sequía azotaba, Manuel se sacrificaba y pedaleaba kilómetros para traer aquel agua que su pozo no podía suministrar. Él no esperaba ser el mejor, sólo veía lo que necesitaban sus plantas. Cada una con sus caprichos, sus manías y necesidades. Cada una diferente a su manera. Y el las conocía a la perfección. Sabía cuando sembrar, cuando regar y si fuere necesario cuando echar los productos químicos, aunque intentaba evitarlos a toda costa

Manuel era un hombre sencillo. No tenía muchas manías. Los domingos solía visitar el bar que quedaba cerca de casa y charlar con los amigos. Allí todo el mundo le conocía. Nunca una palabra más alta que la otra, nunca un pelea o una deuda.

Cuando los demás necesitaban ayuda para empezar un huerto, sabían que podían confiar en él. Y por eso su casa se llenaba de visitas, con muestras de afecto. Todos le querían allí.

Uno de los vecinos, que hacía poco había llegado a la zona, le preguntó:

- Pero Manuel, ¿Cómo haces para tener siempre las mejores hortalizas y verduras?

El modestamente respondió -Sólo miro lo que necesitan y se lo doy. No pienso que es un sacrificio. Si se tienen que cavar cavo, no me da pereza. Si las tengo que regar y tengo que ir a por el agua, voy. Sé que al final de cuentas, ellas me recompensarán con su fruto. Yo las mimo y ellas hacen lo mismo conmigo.

De igual manera trataba a la gente, aunque las personas algunas veces, no somos tan previsibles. Por eso, cuando alguien torcía una palabra o no le gustaba una respuesta se apartaba de ellas, sin hacer ruido. 

Quizás esta sea una historia real.. quizás no.


In #memoriam de mi abuelo Manuel.

Feliz domingo a tod@s

[am]

sábado, 23 de agosto de 2014

Esta verdad me desborda

Recientemente en el último recital me di cuenta que la mayor parte de la introducción fue improvisada. Es verdad que siempre tiendo a improvisar. Creo que lo mejor es eso, interpretar el momento, ver en que dirección va el aire y volar con el. Así que en el recital, el segundo que hacía, mencioné que he aprendido de los grandes de la escritura y así es.

Catalóguese como uno quiera, arrogancia o lo que queráis llamarlo. Pero cuando uno apunto alto, aunque no se consiga llegar a ese mismo nivel se llega alto, muy alto. No soy una persona que me guste empezar algo para dejarlo a medias. Aquello que empiezo lo acabo de la mejor manera posible. Aunque eso no quiera decir que me guste la tarea, o disfrute con ella.
Es como soy. Me gusta pulirme, sacar lo mejor de mi y exponerlo, no para recibir halagos, si vienen son bienvenidos, pero es por orgullo propio. Puede que aquello que este haciendo no lo vea nadie, o se exponga a la mirada de cientos de ojos, eso me da igual.

Empecé en 2010  la andadura de los blogs, Facebook etc. Ya en 2013 cedí una de las páginas de Facebook con casi 12.000 seguidores, porque no estaba siendo aquello que yo quería. No necesito "me gustas" si llegan como he dicho los agradezco pero esa no es mi tarea. Mi única tarea aquí es mejorar cada día, pulirme letra tras letra.. no hay vanidad. Cuando uno se ve pequeño y ve que le queda mucho por aprender es cuando mira a los grandes maestros de la escritura, de la poesía y ve que tiene tanto por recorrer, que el camino se hace ameno y no se encierra en su propio ego.
Agradezco y mucho las muestras de apoyo, aunque para mi esto sea, una andadura más.

Un saludo a tod@s los que leéis el #blog.

Con cariño,

[am]

viernes, 22 de agosto de 2014

Tierra mojada

Todos podemos recordar fácilmente como huele la tierra mojada. No es algo comparable a nada más.. es tierra en contacto con el agua que tanto necesita para dar vida.

Es curioso con el paso del tiempo, cómo nos encerramos en espacios seguros "resguardados" de todo lo que hay en el exterior. Recuerdo haber escrito hace años una poesía sobre la diferencia de la lluvia en el campo (de donde soy) a la ciudad (donde estaba). En la ciudad la lluvia es sinónimo de problema, de atascos, retrasos en los sistema de transporte público etc. Pero en el campo.. es otra cosa bien diferente.

Aquí la lluvia, mayormente, es ansiada para que crezcan las cosechas o acabe con la sequía. Aquí en el campo se sigue todo el proceso, desde que dan el parte en la televisión hasta cuando llega la tormenta. Es como un partido de futbol, los curiosos y ancianos sacan la cabeza para ver si llueve como tiene que llover, y algunos pronostican: Esto serán cuatro gotas..

Hasta el último minuto todos están pendientes, siguen con sus vidas, pero muchas veces se interrumpen para ponerse a resguardo o finalizar la jornada de trabajo.

No sé aún el porque, pero desde pequeño siempre me he sentido identificado con todo esto (menos cuando he vivido en la ciudad) me fascina como la lluvia baña dulcemente los tejados, y la tierra queda empapada de esa mezcla nueva. Las plantas se lavan y los caracoles se levantan ha comer.

Tranquilizante en la noche cuando cae sobre los tejados, es calma y regocijo. 

Quizás la sociedad en general, los que viven en las grandes metrópolis, se han olvidado a mirar al cielo. Y celebrar la lluvia, mojarse con ella y oler la tierra fresca. Hemos perdido en gran medida nuestro lazo que nos une a la naturaleza y quizás sea esto lo único, o de lo poco que nos une con ella. Cuando llueve, de una forma u otra, todos nos mojamos.


Feliz lluvia de agosto a tod@s.

[am]

jueves, 21 de agosto de 2014

Sueños sin sueño


Hoy no os he hablado, la verdad es que me he temido por un momento a mi mismo. He sacado la puntita del pie fuera del cascarón, pero el agua estaba fría. No quise zambullirme en esa realidad donde vosotros los realistas, los que pisáis duro, los que no lloráis, los que de noche no tenéis pesadillas y a los que escribimos sueños o poesía llamáis irrealistas.

Pues bien, por un momento pensé que me iba a lanzar siendo arrastrado por esa masa de fría agua (atlántica sin duda) que sois vosotros, la marea humana. Pero al último instante decidí que no. El tema era demasiado serio, importante diríase. No valía la pena arriesgar. Un ego dolido en esta burbuja de cristal no tiene cabida.

Pero en cambio aquí estoy, escribiéndole a la nada, a las palabras vacías. A las huéspedes de mis manías.

Tengo dos reglas de oro. Un buen sueño, hace buen día. Una pluma ágil, te da un buen sueño.

Anoche por algún caso de estos de la vida, aquella que juega con todos, quiso que tuviera ambos. Un buen escrito y un buen sueño. Pero ¿qué pasó luego? Pasó que mis pesadillas y días grises pusieron el grito en el cielo. No consintieron sueños amables o caras felices. No lo digo con pena, lo digo con alegría.
Fueron unos sueños magníficos. Y escribo ahora que puedo, hasta que la maldita apisonadora me arrodille ante ella y mañana vomite letras negras. Pero ayer en el horizonte no había nubes y casi me hago todo un hombre al plantarles cara.

No quiero abusar de esta suerte del prófugo: alguien me lee, recito y vendo algunos libros. Así y todo, mis días grises me reclaman. 

Ahora es tarde, muy tarde para los realistas que mañana madrugan, pero para los que soñamos aún es temprano... aún es temprano.. la luna nos alumbra.

Así pues, esta es mi historia breve. De algo que no ha sido.


#buenasnoches, sonámbulos y soñadores.

[am]

domingo, 17 de agosto de 2014

Jugando a vivir




Mirar a la vida a los ojos, sin miedo. Afrontar magna responsabilidad no es tarea para cualquiera. El ardor de la noche, la soledad y el resquicio de cordura que pueda quedar en ese ser. Algunas veces frenan el ímpetu creador hacia lo más alto de su expresión.

La cobardía no es signo de debilidad, la cobardía muchas veces es signo de cordura. De variante amorfa, de la letra enlata y autocensurada por su misma pluma. La cobardía es sobrevivir sin arriesgar ni aventurarse a perder lo que uno tiene. Esa cobardía que roza lo inverosímil, la sufren demasiada gente.

La magna tarea de mirar a la vida a los ojos, sin miedo, quizás sea para los temerarios, los soñadores. Los que no tenemos más opción que escuchar a la luna en las noches de tristeza, los que no podemos avanzar sin percatarnos de la belleza que nos rodea. Aquellos que llamáis absurdos, extravagantes. Somos los que no tenemos los pies en la tierra. Ellos, nosotros, tenemos esa tarea. Descubrir cada verdad, por mal que sea. Sacar brillo a lo repugnante, para que sea belleza. Admirar el corte de la daga que nos va a destripar, cuando perezcamos de belleza. Y permanecer inmóviles, impasibles, delante de tal teatrillo que nos rodea.

No somos esta sangre que brota, ni esta piel que se desintegra. Somos la magia que llena tus ojos de lágrimas, la duda que cada latido de tu corazón condena. Somos la sonrisa más bella, las mañanas llenas de esperanza. Y la mirada del ser que amas. Somos eso, magia. Sin manuales, ni códigos.. terriblemente irracionales.

Imprudencia, destino, osadía pero no miedo. El miedo quedó atrás, cuando decidimos vivir, seguir latiendo, seguir jugando en esta partida en la que ya nacimos muertos.

#reflexiones tardías, de alguien que aún no se asusta.

[am]
Photo:@loveistelepathic

sábado, 16 de agosto de 2014

Gracias


Os quisiera resumir en algunas líneas lo que ha pasado en los días que no he estado publicando. No es que quiera dar cuentas o deba. Pero quizás si seguís este blog queréis saber cómo fuel el recital del día 13, o queréis saber que me ha pasado durante estos días que no he estado por aquí publicando.

Pues bien, si es así, ¡habéis elegido la versión larga! jejeje

Algunos ya sabréis que soy de Lleida, que por una razón u otra estoy "exiliado" aquí, después de pasar más de 12 años fuera de casa. Así y cómo ya tenía programado, el miércoles debía estar en Barcelona para hacer el recital de #poemarioúnico. Por lo que el martes una vez más cogí el tren y 2 horas después ya me encontraba en la gran urbe.

¿Cómo explicar la sensación que tuve al llegar allí...? Desorientación, incredulidad, alegría, expectación... todo a la misma vez. Por lo que lo del miércoles se resume casi de igual manera. A pesar de no reunir a un grandísimo aforo, sentí que los que estábamos allí en la sala estábamos bien. Y que la poesía de una forma u otra llegó a la audiencia. Es verdad también que debo mejorar algunas cosas, y siendo este mi segundo recital, ya he anotado algunos cambios para el futuro.

Aunque no sólo fue una noche de poesía, sino también una noche de encuentros. Ya que algunos de los que leéis el blog vinisteis al recital. Y eso quizás fue de lo que más me alegró. Fue una grata sorpresa no sólo ver a caras conocidas y constatar que este esfuerzo “digital” vale la pena.

Después de esto tomé unos días para disfrutar de la ciudad, sus fiestas y visitar amigos. Pero ayer mismo tuve que acabar una de las piezas más extensas que hasta la fecha he publicado. Se trata de un relato que saldrá a la luz (la 3 parte) en septiembre en la publicación VIM-Magazine. Publicación con la que llevo colaborando más de un año.
Me tuvo horas enganchado retocando y mejorando el texto, pero me siento muy orgulloso del resultado final. Para mi este no fue un relato más, cómo tampoco lo fue lo del miércoles un recital más. A pesar de ser estas pequeñas victorias. Después de muchos meses de reclusión y de dudar sobre este cambio tan radical que he hecho en mi vida, ellas representan una gran victoria para mi. Esto no quiere decir que tenga que bajar la guardia, tengo que seguir con el buen trabajo y mejorar cada día. Pero de vez en cuando hay que abrir uno de estos tarros, para llenarlos con felicidad.

De corazón lo digo, GRACIAS por estar ahí y apoyar lo que hago.

Un fuerte abrazo a tod@s, hasta muy pronto.

[am]



PD: Me hicieron unas fotazas el miércoles, ¡Qué no parezco ni yo! Las podéis ver en mi Facebook o en G+ (Gracias Óscar Chocano)

lunes, 11 de agosto de 2014

Felicidad


Tengo felicidades 
también
qué quizás egoístamente
no escribo.

Tengo pequeños tarros, 
con grandes felicidades
envasadas al vacío,
en una alacena escondida
dentro de este gran desván.

Digo que tengo grandes felicidades
por que es así
es sincero, no lo niego.     

Hubo un tiempo
donde nadie leía,
hoy leéis
y me respondéis letras amables 
así que sinceramente respondo.

Es así
tengo tarros
lindos tarros guardados
llenos de polvo
pero están ahí
escondidos.

Cuando necesito,
la vida me los muestra
esos pequeños tarros se abren,
y emana aquella felicidad.

Exigente
y testarudo
nunca me refugio ahí.

Más como salvavidas
aparecen
cuando deben aparecer.

No  soy menos
ni más que nadie
recurro a la letra
cuando no tengo otro confidente
cuando el dolor quema
y no me queda  más Benedetti.

Recurro a la rima
cuando me sangra el pecho
cuando me duele la espina
esa que se resigna
a salir con el tiempo.

No es menos cierto lo que digo,
más quizás
sólo recurro en invierno
a la búsqueda de estas letras
y aquellos pequeños tarros repletos de felicidad,
siguen ahí escondidos
en mi inmenso desván...

(Dedicada a los que leéis estas humildes letras)

[am]

sábado, 9 de agosto de 2014

¿Buenos días?


Hoy me levanto, sin duda, con una derrota más. Quisiera contarlas, pero no las recuerdo todas. Caen en el vacío de la nada. En la opacidad, de aquel gris oscuro que deriva la ilusión.

Si el único compañero (que hasta hora tengo) es el amargo café, diría que no me sienta del todo mal. Es adictivo, soberanamente arrogante y en cantidades grandes, cómo yo lo tomo, hace daño.

Seguramente entre estas líneas se dibuja una verdad alarmante. Este café muta muchas veces en persona, es adictiva, intensa y dolorosa ¿No es así?

Quizás sólo eso puede despertarme de la gran letargia acumulada. Del rebrote de sonrisas guardadas, empolvadas con el tiempo, que al parecer hoy tampoco despertarán...

[am]




viernes, 8 de agosto de 2014

Romperse, para renacer

Rotas las vestiduras,
descompuesto el llanto,
perdidos los suspiros
y encontrado el desengaño.

Cada vez que nos rompemos
volvemos a nacer
nacemos sobre lo vivido
cebolla que sale de cebolla
llanto sobre llanto.

Descartamos lo innecesario
y la pureza es tal
que la vida nos danza.

Roto, hecho pedazos
con magulladuras
tiritas y esparadrapo.

Nuestro corazón sigue latiendo
viviendo
descubriendo
y soñando.

¡La vida
para los imprudentes
para los que perdemos en todo
y todo encontramos!

La vida,
para los que sueñan
con los ojos abiertos como platos.

Suspiro tras suspiro
la tinta corre
el miedo desaparece
en el nuevo día
que la luna mece.

Por Alex Madueño [am]








martes, 5 de agosto de 2014

Home















Aquellas 4, 2 o ninguna pared que me hospedan. Bajo el manto de la creatividad y la nostalgia de lo no vivido. Con la música alta, muy alta. Allí, los dedos vuelan (corren), los sueños amanecen, el sudor se pierde por entre las hojas de lo que escribo y mi ojo izquierdo no para de llorar.

Allí donde me hospedan: la apisonadora, las tinieblas.. los sueños rotos. El arcoíris, los sueños amanecidos.. tus caricias. Y nuestro amaneceres.

En aquel mundo perfecto, con su bonito caos organizado.. sus largos veranos, su breve primavera y su hiriente invierno. Sueñan unas letras que son tímidas y huérfanas de talento.

Lo llamo casa, lo llamo cómo sea que quieras llamarlo. El vertedero de la palabra, el regocijo de la nostalgia donde la efímera verdad, que desnuda posa como chabacana prostituta, se deja ronear.

Esa es mi casa: itinerante, llena de espejos que no reflejan, repleta de baúles, enseres inútiles, falsos momentos, esperanzas y alguna que otra hazaña. Amuletos, libros por leer, libretas repletas de vergüenza y imperfecciones. Vergas erectas y cartas de amor. Despropósitos, soledades, miedo y temeridad. Infantilismo,  conservadurismos, utopía y más soledad. Abrazos huérfanos, imperfectos versos y sucia realidad.

Allí, aquí y en el mas allá, será esta mi cripta, mi bunker. Donde por más que quieras, no me podrás nunca encontrar.

Saludos cordiales desde Marte.

[am]

Photo: #banksy